Guerra En Contra De Estados Unidos.
Camila Mitchel Hernández Álvarez
Antecedentes:
En 1835 estalló la Revolución de Texas, o Guerra de independencia de Texas, ante el creciente centralismo en México y el desconocimiento de la Constitución de 1824. La guerra concluyó el 21 de abril de 1836 en la Batalla de San Jacinto con la victoria de las fuerzas texanas y la formación de la República de Texas. El gobierno estadounidense siempre tuvo el interés de apropiarse del territorio norte de México, hacia 1840 los conflictos entre estos dos países se agudizaron porque el gobierno mexicano no cedió ante las presiones políticas para vender los territorios del norte. Con la independencia de Texas (no reconocida por México) la mhayoría angloparlante deseaba la integración con los Estados Unidos. Entre 1838 y 1845 hubo varios intentos fallidos para lograr un tratado entre Estados Unidos y Texas durante los períodos de tres presidentes estadounidenses (Andrew Jackson, Martin Van Buren, y John Tyler). Sin embargo, James K. Polk ganó las elecciones presidenciales en noviembre de 1844 con la promesa de anexar el territorio de Texas. El alto nivel de aprobación en el electorado de los Estados Unidos sirvió para que el Congreso estadounidense aprobara una resolución conjunta el 26 de febrero de 1845 aprobando la anexión, seis días antes de que Polk asumiera el cargo. La resolución fue aprobada por el Congreso de Texas 4 de julio 1845. Luego, el 13 de octubre de 1845 los ciudadanos texanos votaron a favor de la anexión y la nueva Constitución. El presidente Polk firmó la anexión de Texas el 29 de diciembre de 1845.
Invasión:
La anexión de Texas en diciembre de 1845 desencadenó rápidamente en una guerra con México. Inicialmente los Estados Unidos ofrecieron comprar los territorios de Alta California y Nuevo México a mismo tiempo que ofrecían pagar la deuda mexicana a los colonos estadounidenses, pero esto fue rechazado por México que retiró de Washington el representante diplomático, Juan Nepomuceno Almonte.
Tomando como pretexto las reclamaciones de ciudadanos estadounidenses, el presidente James Polk autorizó al general Zacarías Taylor en enero de 1846 a avanzar sus tropas hacia el río Grande, territorio mexicano, provocando al ejército nacional que se encontraba en esa zona, a los cuales el gobierno estadounidense acusó de agresores declarando la guerra en marzo de 1846.
Desde ese momento, el país fue invadido por el ejército estadounidense por diferentes frentes:
• El Coronel Stephen Kearney. Nuevo México y la Alta California
• El General Zacarías Taylor. Coahuila, Nuevo México y Tamaulipas
• John Wool. Chihuahua
• Winfield Scott. Veracruz, emprendió la Ruta de Cortes para llegar a México
La marina de Estados Unidos bloqueó todos los puertos del Golfo de México y del Pacífico, impidiendo el comercio exterior y el pago de impuestos en las aduanas La guerra fue una cadena de derrotas para el ejército mexicano que se encontraba sin armas ni municiones, sin comida, mal preparados.
La estrategia estadounidense a nivel militar se basó en atacar en diversos frentes. La República de México no estaba preparada para la guerra y sus pobres fuerzas armadas no podrían repeler todos los avances. El caos fue tal que las autoridades mexicanas se vieron obligadas a llamar de nuevo al general Santa Anna, exiliado en Cuba desde la independencia de Texas, para dirigir sus fuerzas.
Tratado de Guadalupe Hidalgo
La guerra de Estados Unidos-México concluyó el 2 de febrero de 1848 con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo que para entonces fue titulado «Tratado de Paz, Amistad, Límites y Arreglo Definitivo entre los Estados Unidos Mexicanos y los Estados Unidos de América». A través del tratado se declaraba la paz entre ambas naciones, se levantó el bloqueo de los puertos mexicanos, se acordó la repatriación de los prisioneros de guerra y se delimitó la frontera entre ambas naciones entre el Golfo de México hasta el oceáno Pacífico, pasando a través del río Gila, el río Bravo, el río Colorado, y los linderos de Nuevo México y la Alta California. El Tratado de Guadalupe Hidalgo significó la pérdida de más de la mitad del territorio que México poseía antes de la guerra (que comenzó solo dos años antes). A través del tratado los mexicanos renunciaron a sus reclamos sobre Texas y cedieron a Estados Unidos territorios de los actuales estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma.
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